En un tazón grande, tamiza la harina de maíz, la harina, el azúcar, la sal, el bicarbonato de sodio y el polvo de hornear. Ponga la mantequilla en una sartén de hierro fundido de 8 pulgadas bien sazonada o en una fuente para hornear de 1 cuarto de galón y caliéntela en el medio del horno hasta que se derrita. Revuelva la sartén o el plato para hornear para cubrir el fondo y los lados con mantequilla y vierta el exceso en otro tazón grande.