Fideos Borrachos
Los fideos borrachos podrían ser una buena receta para ampliar la caja de recetas de su plato principal. Esta receta sirve 6 personas. Una porción contiene 298 calorías, 15g de proteína, y 9g de grasa. Para $1.5 por porción, esta receta cubiertas 10% de sus necesidades diarias de vitaminas y minerales. Si tienes salsa de ostras, fideos de arroz anchos, aceite de sésamo y algunos otros ingredientes a mano, puedes hacerlo. 1 persona ha hecho esta receta y la volvería a hacer. Es traído a usted por Mis Recetas. No a mucha gente le gustó este plato asiático. Es una buena opción si estás siguiendo un sin lácteos dieta. En general, esta receta gana un no tan excelente puntuación espátula de 34%. Recetas similares incluyen Fideos Borrachos, Fideos Borrachos, y Fideos borrachos (Pad Kee Mao).
Instrucciones
Cocine los fideos y las judías verdes en agua hirviendo durante 4 minutos o hasta que estén tiernos pero firmes; escurra.
Mientras los fideos y los frijoles se cocinan, caliente el aceite en una sartén grande antiadherente a fuego medio-alto.
Agregue el ajo y los chiles; saltee 30 segundos.
Agregue el pollo y cocine durante 5 minutos o hasta que el pollo esté listo, revolviendo para que se desmorone.
Agregue los fideos y frijoles cocidos, la salsa de ostras y el resto de los ingredientes, revolviendo suavemente para combinar.
Vino recomendado: Chenin Blanc, Gewurztraminer, Riesling
Chenin Blanc, Gewurztraminer y Riesling son mis mejores selecciones para asiáticos. El mejor vino para la comida asiática depende de la cocina y el plato, por supuesto, pero estos blancos ácidos se combinan con una serie de comidas tradicionales, picantes o no. El Lubanzi Chenin Blanc con una calificación de 4,1 sobre 5 estrellas parece un buen partido. Cuesta unos 16 dólares por botella.
Lubanzi Chenin Blanc
El Lubanzi Chenin Blanc 2018 está elaborado a partir de una mezcla de cepas de arbusto de cultivo seco más antiguas y de vides de riego por goteo más jóvenes. Su profundo color pajizo apunta tanto a la frescura madura como a la complejidad. La nariz trae frutas tropicales y de hueso primero, provocando pensamientos de mandarina y lichi. En boca es redondo y carnoso, empujando de nuevo el lichi hacia adelante, junto con el melocotón blanco, el albaricoque y la manzana verde, todo llevado por un toque de acidez elevada. Hay brillo y un ligero toque de pan recién horneado en todo. El acabado es largo, suave y cariñoso.