Yakitori
Yakitori podría ser el plato principal que estás buscando. Una porción contiene 209 calorías, 23g de proteína, y 5g de grasa. Para $1.45 por porción, esta receta cubiertas 13% de sus necesidades diarias de vitaminas y minerales. Esta receta sirve para 4 personas. Si tienes azúcar, jengibre, dientes de ajo y algunos otros ingredientes a mano, puedes hacerlo. Esta receta es del agrado de 1 gourmet y cocineros. No a mucha gente le gustó este plato japonés. Desde la preparación hasta el plato, esta receta toma aproximadamente 45 minutos. Es una buena opción si estás siguiendo un sin gluten y sin lácteos dieta. Considerándolo todo, decidimos esta receta merece una puntuación espátula de 40%. Esta partitura no es tan asombrosa. Tratar Yakitori, Yakitori, y Yakitori de Pollo para recetas similares.
Instrucciones
Combine los primeros 6 ingredientes en una cacerola pequeña. Lleve a ebullición; cocine hasta que se reduzca a 1/4 de taza (aproximadamente 2 1/2 minutos).
Retirar del fuego; enfriar.
Combine la mezcla de salsa de soja y el pollo. Tapar y marinar en el refrigerador durante 1 hora.
Caliente una sartén grande a fuego medio-alto.
Enhebra 6 cubos de pollo y 5 trozos de cebolla verde alternativamente en cada uno de los pinchos de 4 (10 pulgadas).
Cepille los kebabs con la mezcla de soja. Sartén con aerosol para cocinar.
Coloque los kebabs en la sartén y cocine 4 minutos de cada lado o hasta que el pollo esté listo.
Vino recomendado: Chenin Blanc, Gewurztraminer, Riesling
Asian funciona muy bien con Chenin Blanc, Gewurztraminer y Riesling. El mejor vino para la comida asiática depende de la cocina y el plato, por supuesto, pero estos blancos ácidos se combinan con una serie de comidas tradicionales, picantes o no. Uno de los vinos que puedes probar es Lubanzi Chenin Blanc. Tiene 4,1 de 5 estrellas y una botella cuesta unos 16 dólares.
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Lubanzi Chenin Blanc
El Lubanzi Chenin Blanc 2018 está elaborado a partir de una mezcla de cepas de arbusto de cultivo seco más antiguas y de vides de riego por goteo más jóvenes. Su profundo color pajizo apunta tanto a la frescura madura como a la complejidad. La nariz trae frutas tropicales y de hueso primero, provocando pensamientos de mandarina y lichi. En boca es redondo y carnoso, empujando de nuevo el lichi hacia adelante, junto con el melocotón blanco, el albaricoque y la manzana verde, todo llevado por un toque de acidez elevada. Hay brillo y un ligero toque de pan recién horneado en todo. El acabado es largo, suave y cariñoso.