Celebra la primavera con 3 platos frescos

Con la primavera llega la oportunidad de desarrollar un menú de temporada fresco y divertido. Los mercados locales son conocidos por sus ajos tiernos, por sus espárragos y por su ruibarbo; al ver estos productos frescos de temporada, no pude evitar empezar a formular ideas de recetas y el menú comenzó a tomar forma.

Los espárragos son una delicia y anuncian la primavera. No hay nada mejor que una ensalada de espárragos pelados cuando se cosechan a estas alturas de la temporada, lo que hace que sean lo suficientemente dulces como para comerlos crudos.

A la hora de preparar espárragos en tiras finas prefiero usar una mandolina, pero para los no iniciados un cuchillo es más seguro. Cuando se utilizan estos ingredientes frescos, todo lo que hace falta es añadir sal y aceite de oliva virgen extra, y tal vez una pizca de limón, pero quería darle un toque especial al plato con una vinagreta. Me decidí por una vinagreta de limón de estilo mediterráneo. Una forma estupenda de mejorar el sabor es añadiéndole anchoa a la mezcla, pero no te preocupes, no le da sabor a pescado, solo mejora la vinagreta. Aunque esto no es obligatorio, todo depende de tu gusto personal.

Una forma estupenda de darle al plato un poco de color y un toque refinado es añadir rábanos en rodajas finas. Hay una gran variedad de rábanos diferentes entre los que puedes elegir.; es el momento perfecto para darte una vuelta por el mercado y hablar con los tenderos. Los rábanos Daikon se están volviendo cada vez más comunes en los mercados de todo el país, así que no los pierdas de vista. Es una ensalada festiva, por lo que cuanto más color tenga, mejor. Una gran idea es añadir queso parmesano a la mezcla y la mejor manera de hacerlo es poner una tiras largas por encima antes de servir.

El ajo verde es un producto de temporada que merece toda nuestra atención. Enriquece cualquier plato, pero sin sobrecargar la mezcla de sabores. En resumen, es perfecto para lo que estamos buscando. Podrás identificarlo por su largo tallo verde, parecido al de la cebolla y es posible que haya empezado a desarrollar un bulbo cerca del extremo de la raíz. Para prepararlo para el plato, tendremos que quitarle la capa exterior. Luego picamos o troceamos el tallo blanco y verde y estará listo para usarlo en nuestro plato.

Lo bueno de ir al mercado es que la inspiración puede estar a la vuelta de cualquier esquina. Uno de los tenderos vende unos pollos de corral maravillosos, lo que me inspiró para el segundo plato. Para hacer las patatas gajo perfectas para este plato compré unas fantásticas patatas doradas del Yukón. Empecé a rellenar el pollo una mezcla de hierbas —salvia, romero y tomillo— seguida de un buen puñado de nuestro ajo verde. Lo bueno de asar el pollo sobre las patatas gajo es que hay una transferencia de sabor durante el proceso de cocción que aporta un sabor perfecto, tanto al pollo como a las patatas. No tengas miedo de añadir las verduras que quieras al fondo de la bandeja, pero recuerda cortarlas a un tamaño similar al de las patatas para evitar que se cocinen en exceso. No tires la carcasa del pollo después de la comida, ya que puedes meterla en una olla grande con zanahorias y cebollas cortadas en dados, cubrir con agua y dejar hervir durante 2 horas para crear un caldo de pollo con ajo ideal para sopas y guisos.

La versatilidad del ruibarbo es algo con lo que me gusta experimentar cada año. Cuando veo su color rojo rubí en el mercado me empieza a llegar la inspiración y se me hace la boca agua. La forma perfecta de coronar este menú es con un crumble, un primo cercano de otros postres de estilo rústico como las tartas o los crocantes de fruta. Empieza cortando el ruibarbo en dados grandes. A continuación cubriremos los dados con azúcar y lo mezclaremos todo con una pequeña cantidad de harina que actuará como agente espesante y resaltará los colores del plato. Para la cobertura utilizaremos una mezcla de harina, azúcar moreno y mantequilla sin sal. Y para llevar este crumble a otro nivel, sugeriría echar pistacho triturado por encima para darle un toque de lujo y estilo.

Desde el momento en que abres la puerta del horno y hueles el ruibarbo horneado, perfectamente dorado, con el azúcar burbujeando, solo puedes pensar en acompañar el plato con nata batida fría, helado de vainilla o nata montada de buena calidad. No hay nada mejor que tener una nevera llena de sobras y lo bueno del crumble de ruibarbo es que está igual de bueno al día siguiente, sobre todo para tomártelo con el café de la mañana.